viernes, 8 de junio de 2012

MEJORANDO EVALUACIONES DE NECESIDADES Y RESPUESTA EN LOS DESASTRES

Este 6 de junio de 2012, se realizó la charla "Mejorando evaluaciones y respuesta en los desastres", a cargo del profesor de la Universidad de Columbia (NY EEUU), enfermero y epidemiólogo Richard Garfield, y con la participación de representantes de diferentes organizaciones del departamento, las cuales compartieron sus opiniones y vivencias.

Durante la ponencia se presentaron diferentes sugerencias las cuales fueron tomadas de experiencias de grandes emergencias pasadas a nivel internacional, para de este modo, analizarlas y aterrizarlas a los desastres locales, ya que no existen guías en caso de pequeñas catástrofes.

La prevención del riesgo de desastre, administrada profesionalmente y utilizando tecnología de punta es el método para asegurar un desarrollo sostenible y sustentable, pero para llegar a este, es necesario tener un punto de equilibrio entre el crecimiento económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente. La articulación y el buen funcionamiento de este plan dependen de la manera como se implementen las medidas y que estas estén bajo instrumentos de ordenamiento territorial, planificación y estrategias tanto globales como regionales.

Lo primero que se debe hacer después de un desastre es distinguir las necesidades mediante la valoración y evaluación. Se debe analizar también qué y cuáles son las cosas que se requieren en el instante previo al desastre. La valoración hará un mapeo sobre las necesidades que hay en el momento, y vera cuáles son las posibles respuestas o ayudas para población. La evaluación por otra parte es el análisis que se hace después de la asistencia humanitaria, el impacto que tuvo y como esto ayudo a la comunidad afectada. 

Durante una emergencia se pueden establecer cuatro fases, en las cuales se requiere y es posible elaborar evaluaciones de diferente nivel de profundidad:


Fase 1: Durante los primeros tres días a partir del evento, es necesario consolidar información de base con respecto a la situación antes del desastre. Esta información se debe combinar con observaciones en el terreno directas, si es posible, o a través de la observación de otros. De esta forma se puede elaborar un primer informe que nos indique cuales pueden ser las principales necesidades.

Fase 2: Entre 10 - 15 días luego del evento, se sigue recopilando información a través de observaciones pero de forma intencional, es decir, acudiendo a sitios / fuentes claves que permitan conocer la evolución de las necesidades. En el análisis no se debe pretender que esto sea representativo de toda la comunidad.

Fase 3: Pasado cerca de un mes luego de la emergencia, o cuando ya hay una cierta estabilidad y la población está recibiendo asistencia, se pueden empezar a realizar encuestas focalizadas intencionales que aunque numéricamente no son representativas, pueden ser "socialmente" representativas y acercarse más a la realidad.

Fase 4: Pueden realizarse encuestas específicas por sectores.

Para más información consulte el documento "Common Needs Assessments and humanitarian action" ("Evaluaciones comunes de necesidades y acción humanitaria") del Dr. Richard Garfield.



 

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